El hábito de hablar mal de los demás y cotillear

¿Hablas mal de los demás, y los demás también hablan mal de ti? ¡Este es un problema de nuestro día a día! Vamos a usar nuestra reflexión consciente para evaluar si este hábito es inteligente y cuáles son sus consecuencias. 

¿Te has dado cuenta de que las personas felices evitan hablar mal de los demás? Parece que ellas, sencillamente, no tienen esa necesidad. 

En el fondo, todos sabemos lo perjudicial que es dedicar una buena parte de tu tiempo a hablar mal de los demás. Normalmente se considera algo malo, pero muchas personas siguen practicando el hábito de hablar mal de los demás. Se aprende poco, se progresa aún menos, causa malestar y nos pone en riesgo, ya que cuando nos descubren, las consecuencias son desastrosas.

Mucha gente cree que nunca se descubrirá su lado de hablar mal de todo y de todos. Pero la práctica muestra que, tarde o temprano, el cotilla será descubierto y, obviamente, el enfrentamiento no es agradable. 

¿Por qué las personas hablan mal de los demás?

Donde  hay personas, hay comunicación. Y, dentro de las posibilidades de comunicación, existe tanto el deseo de hablar bien, como el de hablar mal. Hablar mal puede, en algunos casos, también llamarse sencillamente cotillear. Internet acaba amplificando el poder del cotilleo con perfiles falsos, rumores (o fake news), mensajes creados intencionalmente para causar daño. 

¿Por qué pasa eso? Aquí tienes los seis principales motivos:

1. Para sentirse parte del grupo. 

Las personas cotillean para sentir que pertenecen al grupo. Se maldice para marcar rivales y establecer alianzas. Cuando dos personas hablan mal de un tercero, forman una especie de alianza. Cotillear es intentar estar dentro de posibles ataques de adversarios. Los cotilleos también son un arma tanto para atacar, como para buscar un tipo de autodefensa. Identificamos un enemigo común. Hablamos mal de un tercero y creamos una identidad. El enemigo nos une. 

2. Para sentirse superior. 

Las personas que no se sienten bien consigo mismas, se sienten temporalmente mejor cuando juzgan a los demás negativamente. Una motivación de la necesidad de hablar mal de los demás es para que los participantes de la conversación se sientan mejor con sus propias inseguridades. Proyectamos nuestras inseguridades en los demás. Señalamos vicios o problemas de personas que no están escuchando la conversación. Normalmente buscan defectos y errores de los demás para comentarlos, en un intento de ocultar,o eliminar el foco o incluso para dejar de pensar en sus propios defectos. 

3. Por envidia. 

La envidia puede ser entendida como una especie de tristeza por el éxito de la otra persona. Oprimido por esa tristeza, el envidioso tiene actitudes para alejar o eliminar ese sentimiento malo. Una de las formas para hacerlo es hablar mal del envidiado, en un intento por disminuir sus cualidades. Es decir, las personas cotillean para perjudicar a aquellos cuya popularidad, talentos o estilo de vida envidian.

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4. Para salir del aburrimiento o llamar la atención. 

Cuando las personas no consiguen generar discusiones interesantes basadas en conocimiento o ideas, los cotilleos pueden despertar el interés de las personas. Una persona llega a ser el centro de atención temporalmente cuando divulga un cotilleo. En las redes sociales, por ejemplo, es una forma de subirse a la popularidad de los demás. ¿Has visto como un vídeo o un post que habla mal de alguna celebrity acaba consiguiendo más atención?

5. Por prejuicios e intolerancia a lo que es diferente. 

Los cotilleos se apoyan en los prejuicios. Establece un modelo de comportamiento aceptable y ataca un comportamiento diferente. Para no sentirse culpables, tratan de decir el famoso “Yo no tengo prejuicios,” y casi siempre después de esa frase, viene el clásico “pero”, que en realidad es la apertura para una frase con prejuicios. 

6. Por falta de consciencia y reflexión. 

Observa que estamos diciendo que el cotilla es necesariamente una persona mala. Muchas veces tú y yo acabamos hablando mal de alguien, sin prestar atención. Este es un aspecto peligroso de maldecir, que pasa sin pensar. Cuando tenemos un bajo nivel de consciencia, no reflexionamos sobre nuestras propias palabras, no cuestionamos la veracidad de los hechos. Y, por desgracia, esta falta de claridad puede incluso tener consecuencias devastadoras e irreparables para el que sufre los cotilleos. Tenemos que tener mucho cuidado con eso, porque cuando hablamos mal de los demás, revelamos mucho más sobre nosotros mismos que sobre las personas de las que cotilleamos. 

Los tres grandes efectos negativos de los cotilleos en tu vida

1. Los demás van a hablar de ti. 

Uno de los peores efectos de los cotilleos es que vuelven a ti, ya que las personas a tu alrededor pueden sentir que estaría bien que probases un poco de tu propio veneno. Si divulgas cotilleos sobre otra persona, alguien puede creer aceptable cotillear sobre ti. Probablemente son las mismas personas con las que están compartiendo los cotilleos. Trata a los demás como quieras que te traten. 

2. Cotillear te aisla. 

Las personas no confiarán en ti, estarán heridas con tus acciones y no se sentirán cómodos para compartir detalles de sus vidas. Está claro que las personas seguirán hablando contigo y aún tendrás amigos. Sin embargo, si te empiezan a conocer como la persona que cotillea todo el tiempo, la gente va a evitar tener una verdadera conexión contigo. Tus amigos van a hablar contigo, pero pueden dudar antes de decir algo serio. Sobretodo si saben que después vas a cotillear sobre ello. Los compañeros de trabajo y familiares también pueden dejar de contarte algo que teman que pueda convertirse en cotilleos. 

3. Muchas veces los cotilleos difunden mentiras. 

Cotilleando sobre algo y difundiendo rumores, perpetúas esas mentiras. 

Aprende a evitar los cotilleos con seis principios de vida

Como el hábito de hablar mal de los demás perjudica nuestra vida, nuestras relaciones y, también, la vida ajena, tenemos que aprender a mejorar nuestra comunicación y evitar este hábito. Usa estos seis principios para mantenerte lejos de los cotilleos.

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1. Aprende la diferencia entre comunicación útil y cotilleo. 

Hay momentos en la vida en los que es realmente útil que conozcas el historial personal o los detalles personales de la vida de un amigo. Por ejemplo, si estás pensando en abrir un negocio o contratar a alguien. O si te piden que les ayudes con alguna opinión constructiva para tomar una decisión. Pero si no existe un propósito tras la conversación y alguien empieza a compartir detalles íntimos de la vida de otra persona, y no estás en condiciones de ayudar, no es un conversación útil. 

2. Detente antes de empezar. 

Si la conversación se vuelve sobre cotilleos, interrúmpela y retoma tu grado de consciencia. No es necesario que acuses a la otra persona de estar hablando mal sobre los demás, porque puede ponerse a la defensiva o agresiva. Solo usa una frase sencilla como “Prefiero no tener esta conversación, ¿y si hablamos sobre…?” y cambia el foco, buscando una conversación significativa sobre las personas que están presentes. Como última opción, siempre puedes permanecer en silencio. 

3. Busca la humildad y evita el orgullo.

 Los cotilleos nos hacen sentir mejor sobre nosotros mismos porque es un alivio recordar el hecho de que otras personas también tienen problemas. Deja de compararte con los demás. Usa la humildad para recordar que nadie es  mejor que nadie. No permitas que tu ego y tu orgullo alimenten la necesidad de comparación y de rebajar a los demás hablando mal de ellos.

4. Mantente positivo con tu discurso. 

Usa palabras positivas, todas las que sean posibles, incluso cuando se habla de otra persona. Hablar positivamente sobre una persona que no está presente raramente lleva a cotilleos y casi siempre lleva a un aliado más próximo. Este discurso positivo también incentivará a las personas a tu alrededor a hacer lo mismo. 

5. Busca mejorar lo que está bajo tu control.

 No malgastes tiempo hablando mal de los demás. Dedica tu tiempo, tus pensamientos y tus palabras a lo que puedes controlar, que es tu propia vida. Mantén tu foco en ser la mejor versión posible de ti mismo. Trabaja tus inseguridades sin compararte con los demás y sin perder el tiempo con comentarios y observaciones sobre características y comportamientos ajenos. 

6. Evita relaciones tóxicas. 

Huye de personas que están hablando mal de los demás constantemente. Rodéate de personas felices, optimistas, y que vean el lado positivo de la vida, y no de personas que decepcionan a todo el mundo (incluídas ellas mismas). Una persona que te habla mal de los demás probablemente habla mal de ti a los demás. ¿Es este tipo de amistad o relación la que quieres tener? Quizá sea el momento de reconsiderarlo. 

Aumenta tu grado de consciencia y reflexiona sobre la calidad de tu comunicación. Piensa en cómo te sentirías si  escuchases a alguien diciendo palabras negativas y odiosas sobre ti. 

Hablar mal de los demás se traduce en un foco de negatividad y vivir la vida a través de una perspectiva pesimista y crítica. 

Tu recurso más precioso y limitado es el tiempo. No lo desperdicies metiéndote en dramas y chismes. Cuida tu integridad y buena reputación al no participar en el hábito de hablar mal de los demás.

Evita crear etiquetas y caricaturas que estimulan el hablar mal de los demás. Recuerda que todos tenemos historias complicadas y también es posible ver el mejor lado de la otra persona. Si alguna vez te surgen pensamientos negativos sobre otra persona, tienes que centrarte en pensar en algunos de los puntos positivos. Y si alguien te anima a decir cosas negativas y cotilleos sobre alguien, puedes encontrar algo bueno que decir sobre esa persona. E incluso aunque no las encuentres en ese momento, siempre tienes la opción que quedarte en silencio en vez de hablar mal de alguien. 


En caso de que estés siendo víctima de situaciones en las que los demás hablan mal de ti, es necesario saber confrontar la situación, estableciendo límites saludables. No tienes que estar nerviosos o perder la calma. Solo tienes que comunicarte con asertividad. Esto es lo que vamos a enseñar en nuestro entrenamiento de comunicación Cómo Decir No. Visita este enlace.