¡Hola! Seiiti Arata. ¡Feliz Año Nuevo! Ten mucho cuidado al definir tus metas para este año. Verás, las metas tienen ciertas limitaciones. Quizás no funcionen del todo… o quizás termines ignorando otras áreas importantes de la vida, tomando decisiones riesgosas o antiéticas y reduciendo tu motivación intrínseca. Esto viene de un estudio de la escuela de Administración de Empresas de Harvard; el enlace está aquí.
Veamos primero lo que los estudios clásicos tienen que decir acerca de las metas y por qué estos estaban más enfocados sobre la utilidad de las metas.

En A Theory of Goal Setting and Task Performance había muchas advertencias: (i) la persona que establece las metas debe estar comprometida con la actividad, (ii) la persona debe tener algún tipo de habilidad o al menos estar preparada para desarrollar la habilidad necesaria para llevar a cabo la actividad, y (iii) no deben haber otras metas que confluyan.
¿Crees que tiene sentido? No me ayuda establecerme una meta de escalar el Monte Everest si no me comprometo con ello, es obvio. El compromiso falta en muchas de las resoluciones para el nuevo año, incluyendo perder peso, dejar de fumar y aprender nuevas cosas. El compromiso es clave.
También debo tener la habilidad. Si no puedo escalar, debo aprender. Si no sé nada acerca de nutrición y actividad física, necesito la guía correcta para perder peso. Si no comprendo los detonantes psicológicos que me llevan a encender un cigarrillo, necesito conocerlos. Si carezco de buenas técnicas de estudio y enfoque, será difícil que me dedique a estudiar.
No quiero tener metas que confluyan. Si tengo un recién nacido en casa, me dolería mucho estar lejos por muchos días para escalar el Monte Everest. ¿Y si tengo un accidente? No quiero ni pensarlo.

Si mi grupo de amistades se reúne todas las semanas en la pizzería, será muy difícil que pierda peso. Si mi grupo social y laboral consiste de fumadores que están encendiendo cigarrillos cada 10 minutos, mi meta para renunciar a ello va a ser más complicada. Si soy un surfista y quiero disfrutar este verano entre las olas todo el día y a la misma vez quiero estudiar para un examen de matemáticas muy difícil, será también muy difícil conciliar entre los dos objetivos.
La teoría de proponerte metas no termina aquí. Hay mucho más que decir. Por ejemplo, la meta debe ser específica, que se pueda medir y que te rete. Decir “Correré 5 kilómetros todos los sábados en la mañana por los próximos dos meses” es mejor que decir algo genérico como “Trataré de ser más activo”.
En adición al problema de ser genérico y, por lo tanto, ineficiente, la meta puede traer algunas pérdidas: cuando la persona está enfocada de forma incorrecta, deja de darse cuenta de otras cosas importantes que suceden alrededor de ella. Acerca de este tema dejaré un enlace aquí para una página muy buena que me gustaría visitaras.
Hay otro problema que es bastante común ahora que comienza el año, y es que todo el mundo está lleno de entusiasmo para hacer un millón de cosas, esto lleva a: una cantidad excesiva de metas o un error en la distribución del tiempo. Si estoy decidido a que la próxima semana escalaré el Monte Everest, o que este mes quiero perder 20 kilos, hay algo que está mal y puedo terminar en problemas.
La lección para nosotros es que la definición de objetivo vale mucho, pero es importante definir y llevarlo a cabo de la manera correcta. Te deseo un año nuevo lleno de felicidad y que puedas proponerte metas inteligentes con estrategias que funcionen. ¡Salud!