Morirás

¡Hola! Seiiti Arata. Si estás sufriendo porque crees que tu vida es difícil, recuerda que, por lo menos, la vida es corta. Y cuanto más viejo te haces, parece que la vida pasa más rápido. Aunque seas joven y creas que todavía tienes toda la vida por delante, tienes que recordar que puedes morirte en cualquier momento en un accidente o por un nuevo virus que haya surgido en el otro lado del mundo. 

Tener claridad sobre esta dimensión de tiempo es esencial. Vivimos quejándonos de que no tenemos tiempo para nada. Pero también malgastamos el tiempo con actividades de bajo valor.

Esto crea situaciones curiosas. Por ejemplo, cuando tenemos mucho tiempo para hacer una tarea, acabamos procrastinando, dejándolo para después. Y cuando tenemos una tarea que tenemos que hacer en un plazo corto de tiempo, o habrá consecuencias, nos movemos y hacemos lo que tengamos que hacer. El problema es que esta idea de que tenemos mucho tiempo es sólo una ilusión.

Queremos usar bien nuestro tiempo para llegar al día de nuestra muerte con pocos arrepentimientos.

Cuando piensas en la muerte, recuerdas que existe una cantidad limitada de tiempo para poder hacer lo que quieres hacer.

Vas a morir. Puede ser dentro de cincuenta minutos o cincuenta años. Y las personas que te importan también morirán tarde o temprano.

Tener esta consciencia de que podemos dejar de existir en cualquier momento puede ayudarnos a tener mejores decisiones sobre lo que pensamos, decimos y hacemos. De la misma forma, ganar consciencia de que las personas que queremos van a morir nos ayuda a tener una mejor relación con ellas .

Lógicamente vas a echarles de menos cuando mueran. Pero el simple hecho de que hoy recuerdes la posibilidad de la muerte te va a ayudar a estar menos impactado cuando ocurra.

El apego excesivo a ciertas personas puede dificultarte lidiar con la pérdida. Cuando eres consciente de la posibilidad de la muerte, te acercas a la verdad. Y esto te ayuda a desapegarte de la idea de desear la permanencia. 

Desear que todo permanezca de la misma forma para siempre es una batalla perdida. Nuestra realidad está marcada por la impermanencia. No estoy diciendo que vayas a lidiar el fallecimiento de una persona querida con frialdad o que no vayas a estar de luto. Estoy diciendo que puedes estar mejor preparado para lo inevitable. E incluso la persona en el lecho de muerte estará más tranquila al ver que estás preparado.

¿Qué harías si sólo te quedase el día de hoy? (152) - Seiiti Arata, Arata Academy

¿Qué harías si sólo te quedase el día de hoy?

Si tuvieses la seguridad de que ibas a morir mañana, ¿qué harías hoy? ¿Pasarías tus últimas horas de existencia divirtiéndote, haciendo lo que nunca te habías atrevido a hacer… o intentarías vivir con virtud? ¿O lo harías todo igual, desayunando, yendo al trabajo, volviendo a casa, darte una ducha y apreciarías poder cenar con tu familia como siempre? Si te mueres mañana, ¿estarías tranquilo sabiendo que todo en tu vida está en orden? Para muchos, vivir con carácter es vivir todos tus días como si fuesen el último.

Una cosa es segura. Difícilmente perderías tus últimas horas de vida navegando sin rumbo por las redes sociales, viendo la tele o haciendo cualquier otra actividad de bajo valor.

Pero ¿es la muerte algo que nos debe asustar, o entristecer? ¿O eso ocurre por las ideas equivocadas que tenemos sobre la muerte? No nos alteramos por las cosas, sino por la idea que tenemos de las cosas. La muerte en sí no es aterradora. O que es aterrador es el tipo de opinión que tenemos sobre la muerte.

Cuando nos damos cuenta de que la muerte forma parte de la vida, ganamos una nueva visión sobre la vida mientras dura, y tenemos una gratitud mayor. Y gratitud también es saber usar bien la vida que tenemos, en vez de desperdiciarla.

Planificando Tu Vida- Seiiti Arata, Arata Academy

Recuerda que morirás algún día.

Fíjate en el increíble hecho de que estés vivo ahora. No des la vida por sentado. No pienses que eres inmortal. Olvidar tu mortalidad es un clásico problem que ha sido estudiado desde la época de la Roma antigua. Por eso viene la idea de memento mori, de recordar la muerte, de que la muerte nos va a llegar a todos en algún momento.

Cuando recuerdas que algún día vas a morir, te das cuenta que no tiene sentido malgastar los preciosos momentos de la vida con quejas, peleando por tonterías, cotilleando sobre la vida de los demás, mirando fotos de otras personas en redes sociales. Cuando te das cuenta de que eres mortal, eres capaz de tomar mejores decisiones con el tiempo limitado que tienes. 

No estamos diciendo que la muerte es negativa. La muerte es un hecho, como el sol, el agua, el frío, el calor. Forma parte de la vida.

No tienes que tenerle miedo a la muerte. Mientras estés vivo, y ahora estás vivo, la muerte no existe para ti. Y cuando llegue tu muerte, ya no existirás más. 

No tienes que preocuparte por la muerte ni obsesionarte con la muerte. Sólo ten consciencia de que vas a morir algún día. Cada momento que recuerdes que esta es una vida pasajera y que eres mortal, te liberas de la ilusión de la inmortalidad y puedes tomar mejores decisiones con mayor consciencia. Así consigues más claridad sobre el valor de la vida.

Una vida mal vivida es uno de los peores tipos de muerte.

La incerteza sobre el momento en el que vamos a morir es uno de los grandes desafíos de la vida. Por una parte, tenemos que planear nuestra vida y ponernos metas considerando que tenemos un futuro que vivir. Por otra parte, tenemos que aprovechar el momento presente porque existe la posibilidad de que nos muramos en cualquier momento.

Tenemos que comer para estar sanos durante mucho tiempo, al mismo tiempo que tenemos que aprovechar ciertos momentos de la vida para tener con placer el tipo de comida que queramos. Tenemos que ahorrar para el futuro y, al mismo, tiempo, tenemos que usar el dinero para satisfacer nuestros deseos en el presente. Tenemos que aprovechar el momento a la vez que debemos trabajar para pagar las futuras facturas. 

En resumen, tenemos que vivir bien la vida ahora, y hasta su fin. No debes lamentar que la vida tenga un final. Es justo el final de la vida lo que aumenta el valor de la vida. 

Es mejor tener una flor natural que una artificial. La flor natural tiene fin. La belleza de la vida es que tiene un fin. Esto aumenta el desafío de hacer el mejor uso de nuestra vida.

No debemos vivir la vida temiendo a la muerte. ¿Por qué tener miedo a lo inevitable? Racionalmente, no tiene sentido tenerle miedo a algo que va a ocurrir independientemente de mi decisión.

Pero parece que nuestra sociedad no acepta la muerte y el envejecimiento. Queremos prolongar la juventud cada vez más y así olvidarnos de que estamos envejeciendo y muriendo. La vejez no es un defecto o algo de lo que escapar. Es una fase normal de nuestra vida, de nuestra existencia.

Envejecer no es triste. Lo triste es querer esconder la edad. Lo triste es la única forma de no envejecer: morir joven.

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Cuando hablamos de muerte, importa menos la persona que se ha ido. Importa más quien se queda. 

No hablamos de muerte, hablamos de fallecimiento, hablamos de la persona que se ha ido. La muerte es un tabú. El simple hecho de que mencione la palabra muerte varias veces aquí y haya puesto la palabra muerte en el título y en la descripción hace que corra el riesgo de que YouTube me castigue. De hecho, ya lo hizo una vez. 

Si miras el historial del canal, verás un vídeo sobre memento mori, sobre recordar que nos vamos a morir algún día [ ] . y el algoritmo de YouTube inicialmente me mandó una notificación regañándome por estar hablando de un tema desagradable. La muerte es un tabú. Y esto nos perjudica, ya que acaba dificultando nuestra madurez, nuestro proceso de iluminarnos.

Tenemos que ver el miedo de forma positiva. El miedo nos guía hacia donde es importante prestar atención. El problema es cuando el miedo se transforma en fobia. 

La muerte física es el término de nuestros proyectos. Y lo que hay detrás del miedo, muchas veces es haber realizado pocos proyectos. Una persona que está bien consigo misma sabe que no está malgastando su tiempo y normalmente no tiene miedo a la muerte. A lo que debemos de tenerle miedo es a vivir mal. 

La muerte está más escondida que nunca, y esto nos trae serios problemas sobre la finitud de la vida. (152) - Seiiti Arata, Arata Academy

Cuando estoy en un velatorio, tengo la tendencia de vivir la muerte desde la perspectiva de otra persona. Pienso en el sufrimiento que ha causado su ausencia. Pienso en el trastorno causado por los proyectos inacabados o por las obligaciones asumidas. 

Cuando aprendes a lidiar con la muerte mientras todavía estás vivo, te vuelves más vivo.  

Esta reflexión es útil cuando se ves siendo demasiado estricto con tus fracasos. ¿Por qué no has tenido éxito? ¿Por qué no te has hecho más rico? Recuerda que en unos años o días morirás, y que cualquier éxito que consigas es temporal.

Puedes hacer un ejercicio de recordar todas las personas que admires que ya hayan fallecido. Pueden ser grandes héroes, científicos, famosos, actores, personas que admiras por su inteligencia, belleza, ingenio, riqueza. Verás que están todas muertas y enterradas.

Este ejercicio aumenta tu consciencia sobre la muerte, y te enseña que no tiene sentido estar celebrando en exceso todos los logros, ni castigándote en exceso por tus fracasos. No puedes tomarte tus logros o fracasos demasiado en serio. Cuando ya no estés vivo, no habrá mucha diferencia. Este ejercicio no tiene la finalidad de ser mórbido, de decepcionarte. Pero cuando reflexionas sobre la muerte, descomposición e impermanencia, consigues liberarte del apego al cuerpo, del apego al ego.

Cuando miras a la muerte de frente, el miedo va desapareciendo. Hay incluso personas que contemplan cuerpos muertos en diferentes estados de putrefacción y aplican esa percepción a su propio cuerpo, que es de la misma naturaleza, y que también pasará por el mismo proceso inevitable.

Este tipo de actitud sin duda causa espanto, horror e incluso odio en muchas personas. Imagina que te sugiriera buscar en internet fotos y vídeos de cuerpos en descomposición y que los sigas observando. Quizá creas que es algo de locos. Y esto tiene que ver con un fenómeno de la sociedad moderna que básicamente ha prohibido la muerte. 

Uno de los secretos de la vida es aprovechar el momento presente al mismo tiempo en el que te preparas para un futuro que no sabes cuánto va a durar. (150) - Seiiti Arata, Arata Academy

La muerte está más escondida que nunca.

Antes, la muerte era un evento. Veías funerales, veías incluso ejecuciones. Las muertes se anunciaban, el periódico tenía un mortuorio, e incluso algunos coches con altavoces anunciaban la muerte de personas en pequeñas comunidades rurales.

Todo esto es cada vez más raro hoy en día. Quizá haya personas aquí mayores de treinta años que nunca han visto una persona muerta, que nunca han ido a un entierro.

Hoy nuestra sociedad se esfuerza para ocultarnos la muerte. La matanza de animales se hace lejos y si quieres comprar unas pechugas de pollo, vas al supermercado y coges un paquete de plástico con el filete limpio y esterilizado. La muerte de las personas tampoco ocurre en casa al lado de la familia, sino en el hospital, con las luces blancas, sábanas azules y cortinas de plástico.

En vez de aceptar la muerte como un proceso natural, pensamos que la medicina está fracasando al no salvar a la gente. Parece que todo necesita una cura. O si la cura todavía no existe, la van a inventar en breve. El pensamiento positivo de que todo va a salir bien también nos da falsas esperanzas cuando nos dificulta ver la realidad.

El culto al cuerpo, a la vida, a la juventud, nos puede perjudicar. Cuando nos apegamos al uso de tratamientos estéticos para disfrazar la vejez, usamos retoques de imagen para ocultar la verdad.

Celebramos demasiado la juventud eterna en las redes sociales y cuando la muerte llega de forma inevitable, el anciano es olvidado, abandonado, dejado de lado. El propio anciano se retira por vergüenza de existir y ser viejo, por miedo a ser inapropiado, feo, asqueroso, no escuchar nada, no entender nada, no ser capaz de nada. No es sorprendente que el memento mori no tiene cabida en una sociedad así.

No tiene porqué ser así. Puedes tener clara la imprevisibilidad de la muerte. Puedes aceptar tu proceso de envejecimiento. Puedes, al mismo tiempo, aprovechar la vida ahora, sin descuidar el futuro. Todo lo que necesitas para hacerlo es aceptar que, en cualquier momento, vas a morir.

La muerte es inevitable. Y lo único que no quieres es llegar a tus momentos finales pensando en todo lo que podría haber sido y no fue.

Por eso, no pierdas más tiempo. Pon tus grandes sueños sobre papel, ponte metas y actúa hoy mismo para vivir la vida de la forma en la que siempre has querido. 

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