¡Hola! Seiiti Arata. Si te preguntase cuál es el factor número uno para conseguir tus objetivos de vida, ¿qué me responderías?
En caso de que seas, por ejemplo, un administrador o gerente de proyectos, probablemente sepas que para alcanzar tus metas es necesario dividir el objetivo final en tareas menores, encontrar los recursos necesarios, dedicarle tiempo y obtener feedback para mejorar.
En otras palabras, responderías que el factor número uno para cumplir objetivos de vida es planificar y ejecutar. Es actuar de forma consistente y estructurada.
Esto es lo que le viene a la mente a la mayoría. Pero dejemos un poco de lado la parte de ejecución de acción y pensemos en lo siguiente: ¿qué viene antes de las acciones? ¿cuál es la primera dificultad?
Muchas veces, la primera dificultad es sencillamente definir qué objetivos son nuestras metas de vida. Y esto ocurre por algo: falta de claridad sobre tus valores personales.
Por eso, si quieres conseguir tus objetivos, tienes que mirarte al espejo. Es decir, necesitas hacer urgentemente un ejercicio para conocerte mejor y entender con claridad lo que realmente es importante para ti.
Tener claro cuáles son las cosas que más valoras en la vida es el factor número uno para conseguir tus grandes objetivos.

Es importante tener claro cuáles son tus valores
¿Tienes experiencia en definir una meta y correr para hacer lo que tenías que hacer y cumplir el objetivo establecido?
Si ya lo has hecho alguna vez, debes haber notado que, en algunos casos, estamos contentos y satisfechos cuando conseguimos nuestras metas. Pero, otras veces, en vez de alegrarnos, estamos confusos, y nos preguntamos “¿por qué he ido a por esto?”.
Estos casos ocurren en función de la sintonía entre tus objetivos y tus valores personales.
Por ejemplo, digamos que tienes a tu familia como tu valor personal más alto. Estableces una meta profesional y, para conseguirla, acabas pasando más tiempo en el trabajo.
Cuando consigues la meta, puedes no tener la sensación de satisfacción que creías que ibas a tener. Has acabado sacrificando un valor personal más de lo que te habría gustado para conseguir ese objetivo.
El problema es que pocas personas tienen claro cuáles son sus valores personales más importantes. Y se marcan metas que pueden, o no, estar en sintonía con esos valores.
Por eso, a la hora de formular nuestras metas, existe una necesidad de aclarar los valores que van a guiar esas metas. Que van a dar forma y cuerpo a las metas establecidas.
Sólo vas a tener una verdadera satisfacción cuando estés buscando objetivos que estén alineados con tus propios valores de vida.

Imagina, por ejemplo, un objetivo que no tiene nada que ver contigo, que no tiene relación con tus valores. Cuando lo consigas, será algo de poca importancia.
Si eres una persona que no tiene el menor interés en los deportes, tener la meta de entrenar y correr una maratón puede ser una mera pérdida de tiempo. Para otra persona que valora los deportes, y tiene la carrera como una realización personal conseguir completar la maratón, puede ser uno de los eventos más importantes de la vida.
La meta es la misma, pero la satisfacción personal al conseguir el objetivo varía según lo que cada persona valora.
Por eso, una pregunta extremadamente valiosa y que puede cambiar mucho tu vida es tener la práctica de hacer la siguiente reflexión: ¿por qué estoy haciendo lo que hago? Lo que estoy haciendo, esta búsqueda de este objetivo, ¿es algo que tiene sentido para mí? ¿Es algo que representa un valor importante para mí? O, ¿sólo estoy copiando a los demás, haciendo cosas que me han pedido pero que no logro encontrarle el valor en mis acciones o en el objetivo?
La falta de claridad es un problema que queremos evitar
Si no tienes claros tus valores personales, será muy difícil enfrentarte a los desafíos del día a día, sobretodo a las dificultades que vas a encontrarte cuando intentes conseguir tus objetivos.
Es mucho más fácil enfrentarte a las dificultades cuando tienes la motivación basada en los valores.
Volvamos al ejemplo de la maratón.
Cuando no logro encontrar ningún valor que me ayude a acabar una maratón, probablemente no tendré ganas de hacer los entrenamientos. Siempre voy a pensar que es una carrera muy larga, que me quita mucho tiempo, que quizá debería estar haciendo otra cosa…
Por otra parte, cuando valoro cosas como la superación física, coraje, y perseverancia estoy perfectamente en sintonía con el espíritu deportivo de una maratón. Esto hace que, incluso en los días de pereza, tenga ganas de hacer los entrenamientos. Significa mucho para mí, está en sintonía con lo que más valoro.
En nuestro vídeo sobre el sentido de la vida, compartimos el mensaje de Viktor Frankl, que cuenta en el libro El hombre en busca de sentido, la experiencia psicológica vivida en un campo de concentración.
Cuenta que los prisioneros que consiguieron sobrevivir no eran necesariamente los que tenían mejor forma física o mejor salud al llegar al campo de concentración. Los que sobrevivieron fueron justo los que tenían más claros sus valores personales y propósito de vida.
Hasta aquí, nuestra conversación se ha centrado en la importancia de los valores para nuestra búsqueda de objetivos pero, ¿qué hacer cuando se nos hace difícil encontrar esos valores?
¿Qué hacer cuando se nos hace difícil encontrar nuestros valores?
Mucha gente tiene dificultad a la hora de identificar sus propios valores. Para esas personas, existen varios tipos de prácticas de autoconocimiento que pueden hacerse para descubrir lo que más valoran en la vida.
Algunas de esas prácticas son complicadas y requieren mucho tiempo. Para facilitarlo, he escogido la que considero más sencilla de todas, y puede hacerse en menos de 1 minuto.
Todo lo que necesitas es algo para apuntar. Vé a un sitio tranquilo y haz una lista de diferentes palabras que representen valores para ti.

Hazlo hasta no conseguir pensar en ninguna otra palabra que represente algo que valoras. Cuando acabes, escoge sólo uno de los valores de la lista. El que, en ese momento, parezca ser lo que más valoras en la vida.
Este puede ser el valor inicial que va a guiar tu vida a partir de ahora. Entiende que no tienes que estar permanentemente guiado por ese único valor. Todo va a depender del contexto y del momento.
Tus valores cambian dependiendo del momento y del contexto
Tus valores personales no son fijos. Son dinámicos.
Heráclito, hace mucho tiempo, decía que nadie puede meterse en el mismo río dos veces. Esto es porque la segunda vez que te metas, esa agua ya se habrá ido y el río será diferente, incluso la persona ha cambiado y es diferente. El cambio es la única constante.
Con el paso del tiempo, tus pensamientos cambian, tus prioridades cambian, incluso tu cuerpo físico cambia. ¿Por qué no iban a cambiar tus valores?
Hablé sobre este tema en el episodio 3 de la serie “¡Hola! Seiiti Arata” y dejé un mensaje muy claro: las personas cambian.
Puede ser que pocos minutos después de hacer la actividad que te he sugerido, te des cuenta de que hay otros valores tan importantes o incluso más importantes que el que acabas de elegir. Es normal. Puedes y debes repetir esta actividad frecuentemente en la búsqueda del autoconocimiento.
Aunque a lo largo de los años sigas con los mismos valores, la forma en la que entiendes ese valor cambia con el tiempo. Tu interpretación cambia según te vas haciendo una persona más madura.
Para poner un ejemplo bastante sencillo, piensa en alguien que tiene como valor la familia. Cuando eres joven, valorar la familia puede significar valorar a tus padres. Con el paso del tiempo puedes considerar que tus amigos más íntimos también forman parte de tu familia. Y, cuando te cases o tengas hijos, el concepto de familia puede cambiar otra vez.
¿Qué hacer cuando tus valores no están presentes en tu vida?
Una pregunta frecuente que recibo de los alumnos es sobre qué hacer cuando no sentimos que ese valor esté presente en nuestra vida.
Supongamos que eres una persona que siente mucho miedo. ¿Puedes escoger el coraje como uno de tus valores personales? Sí, claro.
El hecho de que hoy te identifiques como una persona temerosa y con falta de coraje no significa que tengas prohibido buscar el valor del coraje. Esta es una aspiración. El coraje es el valor que vas a intentar construir y traer a tu vida y en las próximas decisiones que tomes.
No es necesario que sientas placer o bienestar total siguiendo ese valor. La incomodidad es normal cuando estamos pasando por un proceso de desarrollo personal.
Al fin y al cabo, el valor se revela justo cuando tenemos que hacer sacrificios, abandonando otras elecciones más fáciles y esforzándonos para seguir en el rumbo que queremos.
En otras palabras, a diferencia de tus objetivos de vida, que son puntos específicos a donde quieres llegar, el valor personal es sencillamente una dirección. Una especie de brújula que va a mantenerte en el rumbo correcto hasta que consigas alcanzar tu objetivo.

¿Cómo sería tu vida si tuvieses claros tus valores?
Antes de acabar esta conversación, me gustaría que hicieses un ejercicio rápido de imaginación.
¿Cómo sería tu vida si tuvieses bien claros tus valores personales? ¿Si pudieses ver, de forma cristalina, qué es lo que más valoras en la vida?
¿Qué impacto tendría esta claridad a la hora de decidir una cosa u otra? ¿Qué cambiaría en la forma en la que te relacionas con los demás? ¿Qué cambios tendría en la forma en la que actúas en busca de tus objetivos de vida?
Espero que haya quedado clara la importancia de conocer íntimamente tus valores personales y no confundirlos con tus objetivos de vida. Los objetivos son los puntos a los que quieres llegar, mientras que los valores te dan la dirección correcta.
Lo que quieres hacer para aumentar la calidad de tus decisiones, es preguntarte siempre: ¿por qué estoy haciendo esto? ¿Cómo debo actuar para estar de acuerdo con lo que más valoro?
He presentado aquí una forma bastante sencilla y práctica para que encuentres tus valores personales y no te paralices. Haz la actividad. Te va a ayudar mucho a planificar mejor tus objetivos.
Tener claro cuáles son tus valores personales más altos es el paso inicial para crear un plan de vida que te lleve a cumplir tus mayores objetivos con satisfacción y alegría.
Si quieres conocer cuáles son los siguientes pasos y descubrir otras técnicas para tener más claro cuáles son tus valores, accede al link