Cerebro de rico x Cerebro de pobre

¡Hola! Seiiti Arata. Recuerdo cuando estaba en uno de mis primeros trabajos, que tenía un compañero que siempre me decía «Tío, soy rico. Soy un rico temporalmente sin dinero.» Y yo me reía y le decía «¡Yo también! Ahora, échate a un lado porque el bus va lleno y estoy sudando.»

Después de unos años, me encontré con este compañero, que está muy bien financieramente hablando.  Siguió trabajando mucho, invirtiendo en sí mismo con entrenamientos, post grado y hoy sigue diciendo que es rico… con la diferencia de que ahora también tiene dinero. Cerebro de rico y cartera de rico.

Y lo contrario también existe. No voy a mencionar nombres (no es necesario), pero desde aquella época hasta hoy, ha habido innumerables casos de famosos, artistas, atletas conocidos que acabaron en quiebra. Podrías decir que tenían cartera de rico, pero cerebro de pobre.

1. ¿Cerebro de rico? ¿Cerebro de pobre?

Eso mismo. La manera en la que tomamos decisiones depende del tipo de cerebro que esté al comando de nuestras decisiones.

Siendo más riguroso con el vocabulario, «cerebro de rico/cerebro de pobre» no es la expresión ideal, ya que la palabra cerebro puede dar a entender que es algo físico, genético, el hardware de la masa grisácea que tienes dentro de la cabeza. ¡Y no es ese el caso! Lo que importa es el software, la app, la mentalidad que circula por tu cerebro. Es igual a cualquier software o app, puedes cambiar tus decisiones y configuraciones en cualquier momento. Basta con querer, con aprender. Sobre los cambios de mentalidad para el enriquecimiento, te invito a visitar donde hablaremos de esto más a fondo.

Vamos a mejorar, entonces, la terminología, dejando de hablar de cerebro de pobre y cerebro de rico. Vamos a hablar de mentalidad de pobre y mentalidad de rico.

Sí. Existe la mentalidad de rico y de pobre.

La mentalidad puede y debe ser entrenada. REPITO: Nuestra mentalidad es totalmente independiente de la condición financiera de hoy. Hay personas adineradas con mentalidad de pobre (probablemente se lo gasten todo y se endeudarán si no cambian) y hay personas con mentalidad de rico y que están temporalmente sin dinero, como el caso de mi amigo hace unos años. Estas personas están en el camino del enriquecimiento financiero.

2. No confundas SER y TENER.

En primer lugar, necesitas SER. Sólo después podrás TENER. Escoge ahora ser rico, y trabaja en las acciones que te van a llevar a tener dinero.

La actitud comienza con la identidad. Cuando mi amigo dice que es rico, a pesar de no tener dinero, está haciendo una afirmación del nivel de identidad. Esto es muy importante, ya que nuestro comportamiento se basa en la coherencia.

SI me identifico con la pobreza, no voy a tener siquiera interés en estudiar sobre inversiones, ya que mi creencia es que soy pobre y las inversiones no forman parte de mi realidad. ¿Para qué voy a perder tiempo estudiando un tema de inversiones al que nunca tendré acceso? He aquí una bonita profecía que se cumple: creo que no lo consigo, por lo tanto no hago absolutamente nada al respecto y, obviamente, no obtendré resultados.

Si me identifico con la riqueza, aun no teniendo ni un céntimo  en mi monedero, voy a dedicar mi tiempo a aprender sobre inversiones, sobre emprendimiento, haré cualquier actividad honesta para conseguirlo, para conseguir con el fruto de mi trabajo mi primera moneda y hacer que con ella se multiplique mi esfuerzo.

3. Comprende la dimensión del tiempo.

Quien tiene mentalidad de pobre no entiende la dimensión del tiempo. Lo quiere todo inmediatamente. Cuando le muestras una posibilidad de invertir y le explicas que es necesario dejar el dinero invertido durante veinte años para que ese dinero se multiplique con intereses compuestos, ¿qué pasa?

Quien tiene mentalidad pobre va a fruncir el ceño. Te va a decir que no sabe si va a vivir tanto tiempo y no quiere llevarse el dinero a la tumba. Dirá que no tiene paciencia. Va a mostrarse desconfiado, diciendo que no tiene garantía de conseguir que le devuelvan ese dinero. Va a usar su creatividad para inventarse un millón de historias diferentes para justificar la falta de ganas de, tan siquiera,  intentar aprender más.

Quien tiene mentalidad rica va a querer saber más detalles. Va a estudiar todos los detalles sobre el riesgo que tendría. Va a consultar cuáles son los objetivos y sueños que puede realizar con esa inversión. Quien tiene mentalidad rica entiende que la inversión es un viabilizador de sueños.

Quien entiende el tiempo tiene más claridad. Entender la dimensión del tiempo te permite escoger conscientemente, te ayuda hasta a encontrar fuerzas para sacrificarte un poco y sembrar en el momento presente para recogerlo multiplicado en el futuro.

La mentalidad de pobreza es ser esclavo de los deseos de gratificación inmediata. Sin la serenidad y claridad para esperar los frutos, ¿qué pasa? Me vuelvo un ansioso y desesperado que acaba cayendo en cualquier promesa de riqueza instantánea. Este es el perfil de víctima en todo tipo de golpe que explora la ganancia.

Riqueza Verdadera - Seiiti Arata, Arata Academy

4. No seas un analfabeto del siglo XXI.

Alvin Toffler dice que el analfabeto del siglo XXI ya no es aquel que no sabe leer y escribir. El analfabeto de hoy en día es el que no sabe aprender lo que es útil. No sabe olvidarse de lo inútil. No sabe reaprender lo que ha cambiado. Es decir: hoy en día, el analfabetismo es no aprender.

La mentalidad de pobreza es la pereza por aprender. Es el miedo a salir de la zona de confort. Es mirar al mundo de las inversiones, pensar que es complicado y quedarse lejos. La persona que huye del aprendizaje nunca se va a enriquecer. Nunca. Pues es una analfabeta del siglo XXI.

La mentalidad de pobreza es el orgullo. Es la falta de humildad. Ya que quien es orgulloso y no tiene humildad no quiere equivocarse. No quiere admitir que no sabe. No quiere pedir ayuda. Quiere proteger el ego, la imagen propia de ser una persona mejor que las demás. Y por eso solo juega en el modo EASY, fácil, para no tener opción a equivocarse. Eso es fragilidad. La fragilidad es cuando evitas a todo coste exponerte a accidentes por creer que en el primer accidente te vas a estrellar, vas a tener daños irreparables, te vas a romper permanentemente. Fragilidad.

La mentalidad de riqueza es curiosidad, exploración, es aventura, aprendizaje, crecimiento. Y ese camino conlleva errores. Errar forma parte de él. Y también levantarse y aprender con los errores y volverse cada vez mejor. Esto es, en palabras de Nassim Taleb, ANTIFRAGILIDAD. Es usar los errores, el caos, los imprevistos, las decepciones, la frustración, el dolor, la tragedia ajena, la burocracia del gobierno y todo tipo de dificultad como herramienta para seguir evolucionando.

Este analfabeto que no aprende, que no se transforma, es un llorón, va a mirar al problema y se va a quejar. Va a echarle la culpa al problema. Va a intentar proteger su propio ego, su imagen propia y decir que es un pobre desgraciado. Mentalidad de pobre.

El alfabetizado es aquel con coraje que desea aprender. Que obviamente estudia antes de asumir un riesgo. Gestiona el riesgo. Y se expone al riesgo de forma inteligente. Y aprende con el proceso y se encuentra cada vez mejor.

No seas un analfabeto que no aprende. Sé un alfabetizado. Es cuestión de escoger. Basta con querer aprender. Visita y esto es lo que haremos juntos con materiales y más detalles.

Tras tener el deseo de aprender, de transformarte, de mejorar constantemente, formulas tu identidad de una mentalidad rica.

Aquí va una serie de clichês que sintetizan el cerebro rico: Juega a tu propio juego, no juegues el juego de los demás. Sé el socio mayoritario de tu existencia. Construye tu propio destino. Confía en ti mismo. Escoge lo que quieres en tu vida y ve tras ello. Sé proactivo. Seguiremos esta conversación en este link.