¡Hola! Seiiti Arata. Si estás estudiando y necesitas aumentar tu concentración, aquí te doy cuatro consejos (el tercer consejo es el más difícil de poner en práctica, pero es el que te dará los mejores resultados.)
1. Encuentra el entorno adecuado para estudiar
A pesar de ser una idea super obvia, muchas personas no crean el ambiente correcto.
Imagina que quiero volar una cometa. Necesito un campo amplio donde tenga espacio, y necesito viento. Si quiero ir a pescar, tengo que ir a donde haya agua y donde haya peces. ¿No es obvio? Entonces, ¿cómo es que hay personas que ignoran completamente la importancia del ambiente de estudio?
¡Después se quejan de que no pueden concentrarse!
Si el ambiente no es el apropiado, si cada cinco minutos viene alguien y te interrumpe, si no dejan de llegarte notificaciones al móvil, es inevitable que tengas dificultad para concentrarte.
Así que hazte un favor ahora. Pon el vídeo en pausa. Observa el ambiente que estás utilizando para estudiar y escribe en un papel por lo menos tres mejoras que harán que seas capaz de concentrarte mejor.
Puede que tengas que hablar con personas que están cerca, cambiar la configuración de notificaciones del ordenador, cambiar la lámpara, comprar un ventilador si en la habitación hace demasiado calor, en fin, tú eres la mejor persona para identificar lo que tienes que cambiar.
¿Listo? Si quieres, puedes compartir en los comentarios los cambios que has hecho en tu entorno y la diferencia que hay. Sencillamente cambiando un poco el ambiente, ya tendremos una enorme ganancia en el rendimiento.
2. Respeta tu horario de estudio.
Si el estudio es importante, entonces el horario tiene que ser respetado. Pensar «Voy a estudiar cada vez que tenga tiempo» es una falta de respeto, porque significa que le estamos dando baja prioridad al estudio.
Por eso, para mejorar la concentración, vamos a elevar la actividad de estudiar a un nivel de mayor importancia.
Si el estudio tiene un alto nivel de importancia, seremos capaces de definir claramente el horario de inicio de la sesión de estudio.
Si te resulta difícil reservar un horario para estudiar, será un indicador de que hay otras actividades que son más importantes para ti que estudiar y, por lo tanto, te será muy difícil concentrarte.
A la hora de establecer tu horario, no te olvides también de dejar algunos huecos para descansar en los que no vas a estudiar. En esos momentos de descanso, te encargarás de otras actividades. Mira cómo lo estamos invirtiendo: primero estudiamos y, luego, hacemos lo demás, cuando tengamos tiempo.
Y aquí viene una llamada a los más jóvenes que aún no tienen hijos, empleo, facturas que pagar, ni tienen que cuidar de ningún familiar enfermo. Si no tienes ese tipo de responsabilidad, y todavía no estás centrado en tus estudios, entonces estás sentado encima de un tesoro.
En la juventud es cuando las condiciones son las idóneas para estudiar con la menor cantidad de responsabilidades. ¡Aprovecha, que esa fase dura poco!
3. Usa tu cerebro de forma activa.
¿Recuerdas que te dije que el tercer consejo es el más difícil de poner en práctica? Pues aquí va: mantén el cerebro siempre activo cuando estudias, es decir, no te pongas en piloto automático.
Realiza una lectura activa. Pregunta. Intenta entender el porqué de las cosas. Vé hasta el fondo. Si quieres estar completamente comprometido, no tendrás dificultades para concentrarte. Ese es el estado de flow, en el que estamos inmersos en la actividad.
Para conseguirlo, busca el verdadero aprendizaje. El objetivo del estudio no es conseguir buena nota para aprobar el examen. El objetivo es comprender, es aprender.
Por desgracia, hay estudiantes que sólo abren libros por la obligación de conseguir la nota mínima para aprobar, intentando acertar las respuestas de los ejercicios. Es lógico que quiero acertarlas, pero tengo que saber porqué esa respuesta es correcta y por qué las demás alternativas no lo son.
En clase, quiero tomar buenos apuntes. Unos apuntes conectados activamente con el cerebro es la forma de comprender lo que dice el profesor, comparo esa idea con mi conjunto de referencias, con lo que ya sabía y tenía en mi memoria de largo plazo, y entonces lo escribo usando mis palabras.
Ten cuidado con la mentalidad pasiva durante el estudio. El modo pasivo es repetir como un loro, que repite exactamente las mismas palabras del profesor sin saber lo que estás escribiendo, en modo automático.
En resumen, estoy forzando a mi cerebro a procesar tanta información como sea posible, no solo la que estoy viendo por primera vez, sino también toda la colección que había almacenado, y entonces razono. Todo este proceso fija la información en mi mente de forma más eficiente.
4. Duerme y descansa bien.
Nada de pasarte toda la noche en vela o saltarte límites. Dormir bien es fundamental y el buen estudio es a largo plazo, en el que tenemos un objetivo dividido en pequeños trocitos, y seguimos adelante con constancia.
Como consejo extra, échale un vistazo a nuestro curso ENFOQUE – te dejo el link aquí.
La concentración es fundamental para la sesión de estudio. Sin concentración estoy perdiendo el tiempo, mirando varias veces el mismo párrafo del libro sin comprender nada. Es una pérdida de tiempo, no tiene sentido. Si estoy dedicándole tiempo a estudiar, quiero aprovecharlo lo mejor posible. Quiero tener enfoque.