¡Hola! Seiiti Arata. La ansiedad es uno de los principales problemas de hoy en día. Existen algunos tipos específicos de ansiedad, cómo por ejemplo, el miedo al arrepentimiento. Situaciones en las que haces algo que no te gusta por el miedo de lamentar no haberlo hecho.
Por ejemplo, cuando tus amigos cercanos te agregan a un grupo de mensajes. Si aceptas, sabes que vas a pasar mucho tiempo leyendo todas las notificaciones y mensajes. A cambio, tienes la conciencia tranquila de que no te estás perdiendo nada.
O por otro lado, puedes elegir no unirte al grupo; O no leer lo que han estado hablando. En este caso, puede surgir la sensación de ansiedad por perder algo importante que puede surgir.
Otro ejemplo. Te encontrarás con tus amigos a pesar de que estás cansado o prefieres, en vez, dedicarte realmente a algún proyecto que es importante para ti.
Sin embargo, estás motivado por el miedo de lamentar el no haber ido. Después de todo, te acuerdas de aquella vez en la que tus amigos publicaron varias fotos en las redes sociales y te dijeron lo divertido que fue, y te restriegan: «Hombre, te perdiste ese día …».
1. La ansiedad te aleja de la felicidad del momento presente
La ironía de estos momentos es que cuando llegas y comienzas a conversar, otro tipo de arrepentimiento puede surgir: el arrepentimiento de que no te quedaste en casa. Y esa es una especie de ansiedad que nos aleja de la felicidad.
Parece que donde estamos nunca es bueno. Siempre queremos estar en otro lugar, haciendo otra cosa … vivimos ansiosos por miedo a tomar la decisión equivocada.
Existe incluso una manera de llamarlo, que es el miedo de perderse algo – o en inglés, FOMO, Fear of Missing Out.
Trata de frenar y prestar más atención al valor del momento presente. Date cuenta que cada actividad u objetivo enfocado en el futuro siempre traerá nuevas metas y nuevos horizontes.
La persona que no sabe disfrutar del momento presente siempre estará persiguiendo algo que nunca alcanzará. Encuentra tu punto de equilibrio entre el respeto y la apreciación del pasado, la satisfacción y el valor del momento presente, y también la planificación del momento futuro.
- Descubre cuáles son los desencadenantes que están provocando ansiedad
Cuando entiendes la forma en que das tus respuestas, todo se hace más fácil. Esta es la idea detrás del fortalecimiento de la inteligencia emocional. Es un proceso de autoconocimiento que te permite comprender cuáles son tus elecciones frecuentes, y principalmente, cómo mejorar tus elecciones del futuro.
He grabado un video muy detallado sobre cómo esto funciona. Para que logres mejorar estos hábitos, necesitas identificar cuáles son los desencadenantes que dan inicio a este estado de ansiedad. Además, también tienes que entender cuáles son los tipos de recompensas que generalmente estás buscando. Este es el triángulo del hábito.
Te voy a dar un ejemplo: estás lejos de casa, sin el cargador del teléfono, y te das cuenta de que la barra de la batería está prácticamente al final. Y es ahí, justo en ese momento, que alguien de tu familia o algún amigo cercano te llama y atiendes de una manera descortés, con prisa, queriendo evitar que la batería se muera por completo.
Con esta actitud, apenas te das cuenta de que ya eres incapaz de tener una conversación mínimamente civilizada en esta llamada que acabas de recibir. No consigues disfrutar del momento presente a causa de una ansiedad del momento futuro.
En este caso, el ver que la batería estaba a punto de terminarse fue el primer desencadenante que te puso en un estado emocional diferente. Esto provocó toda una reacción en la que tu comunicación con otras personas se vio afectada.
2. Acepta la realidad o cámbiala
Continuemos con el ejemplo de la batería baja. ¿Qué podemos hacer para lidiar con esta ansiedad?
Podemos aceptar la realidad de que nos estamos quedando sin batería y que ya no estaremos disponibles para recibir llamadas hasta que carguemos el teléfono nuevamente.
También aceptaremos el hecho de que tal vez la llamada que estamos recibiendo en este momento no la podremos finalizar- si la batería se agota, la llamada puede terminarse justo en el medio de la conversación. Y aceptar el hecho de que esto no es un gran problema, y que puedo volver a hablar con aquella persona más tarde, y explicarle que se quedó sin carga la batería.
Acepto el hecho de que, si tengo ganas de usar el teléfono, no podré sino hasta que encuentre un cargador y una fuente de energía.
Es decir, la aceptación de la realidad me trae calma.
Sin embargo, tal vez esta situación de quedarme sin batería en el teléfono puede causarme serios problemas, puedo perder importantes oportunidades profesionales, por ejemplo. O tal vez tengo una situación familiar específica donde necesito estar siempre disponible para asistir a un miembro de la familia que está en una emergencia y depende de mí.
Usando una buena inteligencia emocional y lucidez en mis elecciones, entiendo que necesito cambiar esta realidad.
No puedo dejar más que situaciones como esta sucedan. No puedo quedarme sin batería en mi teléfono. Así que voy a tomar medidas: compro dos baterías portátiles y algunos cables adicionales y cargadores, dejando estas baterías siempre cargadas y en lugares estratégicos por lo que sería imposible para mí encontrarme en una situación sin carga para mi teléfono.
Y también debo aceptar el hecho de que este cambio de realidad genera un cierto costo:
necesitaré gastar más dinero comprando baterías, cables y cargadores adicionales para salir y colocarlas en diferentes lugares. Y necesitaré dedicar más tiempo realizando el proceso de mantenimiento de modo que estas baterías estén siempre cargadas y listas para mi uso.
3. Cambia el enfoque
La ansiedad ocurre cuando el enfoque se centra en aquello que aún no tenemos. O la frustración de estar insatisfecho con lo que tenemos.
Usando nuestra mente racional, podemos redirigir nuestros pensamientos y concentrarnos en aspectos que traen alegría o que pueden traer alegría.
Imagina aquella situación en la que decides salir a socializar con tus amigos, pero sientes que no te está divirtiendo mucho con ellos. Y entonces comienzas a tener ansiedad, preguntándote si no habría sido mejor quedarte en casa. ¿Cuál es el posible cambio de enfoque en esta situación?
¿Es realmente que no puedo cambiar el curso de la conversación? ¿O llegar a conocer otros aspectos de estos amigos para mejorar aún más mi relación con ellos?
Imagina lo contrario ahora. Imagina que estabas preparándote para hacer un viaje junto con tus amigos, pero te enfermaste por lo que tuviste que quedarte en casa recuperándote.
Podemos dedicar nuestro enfoque en la infelicidad que genera el estarte perdiendo ese momento único de un increíble viaje con tus amigos. Otra forma de dedicar tu enfoque es pensando en lo que puedes hacer solo y divertirte.
¿Qué cambios necesitas hacer para que tu compañía sea agradable para ti?
¿Te conoces bien? ¿Qué es natural, ideal o saludable para ti? ¿Cuánto tiempo, en teoría, crees que es aceptable permanecer fuera de las redes sociales? Sin embargo ¿cuántas horas fuera de línea necesitas para sentirte irritado y ansioso por no haber iniciado sesión?
En cierto grado, es bastante normal para todos nosotros sentir algo de esta inseguridad y ansiedad. El problema es cuando esto comienza a ser casi patológico y puede causar serios problemas.
Cuando mi elección se basa en este temor de perderme algo, hay una mayor tendencia a tener una crisis más tarde. Puedo sentir rencor, o algún tipo de resentimiento, que podría perjudicar mi relación con la gente.
La incapacidad de decir no también me hace perder mi tiempo o gastar dinero que no debería gastar haciendo cosas que no son inteligentes.
Una manera de dominar este sentimiento es fortalecer nuestra inteligencia emocional. Si te has identificado con esto, quiero invitarte a visitar este enlace ahora.