¡Hola! Seiiti Arata. Tener pensamientos negativos no siempre es malo. En algunos momentos, el pensamiento negativo puede ayudarte a tener precaución en situaciones potencialmente peligrosas. Así, el pensamiento negativo puede ayudarte a evitar problemas mayores. El problema es cuando el exceso de pensamientos negativos empieza a perjudicar tu realidad.
Tu realidad es afectada por cambios objetivos y subjetivos
Si quieres cambiar tu realidad, existen básicamente dos opciones: el cambio objetivo, y el cambio subjetivo.
En el cambio objetivo, cambias las situaciones observables en tu vida. En el cambio subjetivo, cambias la forma en la que interpretas las situaciones de tu vida.
Algunos ejemplos comunes de cambio objetivo son tener el cuerpo perfecto, tener más dinero en el banco, tener una pareja, una casa mejor, un coche nuevo, un móvil nuevo. Es decir, el cambio objetivo está unido a TENER, y es una transformación en la realidad que puede ser verificada, medida y constatada por diferentes observadores independientes.
¿Sabes cuál es el clásico problema de buscar la felicidad a través del cambio objetivo? Que la felicidad difícilmente se encuentra en TENER, porque en cuanto poseemos el objeto que deseamos, el deseo desaparece. Esta es una paradoja identificada desde la época de Platón. Hacemos un gran esfuerzo para llegar al punto deseado y, cuando lo conseguimos, parece que la alegría es temporal. Nos acostumbramos rápidamente al nuevo estado de las cosas, y empezamos a desear otros cambios.
Por otro lado, el cambio subjetivo es una estrategia muchas veces más fácil de llevar a cabo y puede aportarte una felicidad más duradera. En vez de buscar cambios en la realidad observable y objetiva, vamos a dedicarnos a interpretar la realidad de forma diferente. Es subjetiva porque depende de nuestra vista. Somos el sujeto principal en la construcción de la realidad. Así, es una felicidad encontrada en SER, y no en TENER. Podemos cambiar nuestro modelo mental para afrontar mejor los pensamientos negativos.
Cuando cambias tu mentalidad, cambias tu realidad
Muchos estudios han estado comprobando que el cambio subjetivo tiene un impacto mensurable en nuestra realidad, causando también un cambio objetivo.

Por ejemplo, la Universidad de Harvard hizo un experimento para probar los efectos del cambio de mentalidad en la salud de limpiadoras que trabajan en hoteles en Estados Unidos.
Esas limpiadoras hacen mucha tarea física durante la limpieza y organización de las habitaciones de los hoteles. Pero cuando los investigadores les preguntaron si se consideraban personas físicamente activas, la mayoría de las limpiadoras respondió que no. Muchas de ellas se dieron una nota de CERO en una escala de cero a diez en hacer ejercicio.
Los investigadores empezaron a trabajar en un cambio de mentalidad. Les mostraron a las limpiadoras que, en realidad, eran mucho más activas físicamente que la media de la población. Que su trabajo era equivalente a horas en el gimnasio.
Tan sólo cuatro semanas después de cambiar la mentalidad de cómo veían su propio trabajo, las limpiadoras adelgazaban, tuvieron mejoras en la presión sanguínea y disminuyeron su grasa corporal.
Cambiaron la mentalidad de que sólo estaban trabajando y pasaron a ver su día a día como una serie de ejercicios. Y esto les dio resultados prácticos para su salud. El cambio subjetivo causó un cambio objetivo.
Los pensamientos negativos provocan resultados práctico malos
Así como una mentalidad optimista puede hacer que algunos indicadores de salud mejoren, los pensamientos negativos pueden aumentar la cantidad de problemas y dificultades que experimentamos.
Esto no significa que tener un par de pensamientos negativos vaya a arruinar tu vida. No es necesario controlar todas tus emociones y pensamientos negativos.
Es normal que de vez en cuando tengas pensamientos negativos. Todos los tenemos dependiendo de la situación. El problema es cuando esos pensamientos negativos se vuelven dominantes, haciendo que tengas resultados prácticos malos en tu vida.
Cuando hablamos de mentalidad positiva o negativa, también conocida como mindset o modelo mental, estamos interesados sobre todo en esos pensamientos recurrentes con los que nos identificamos. Ideas que forman parte de nuestro sistema de creencias, de nuestros valores personales, de nuestra propia identidad.

¿Tu modelo mental estándar es positivo o negativo?
Existe todo un conjunto de valores, convenciones y comportamientos que escogemos para nuestra interpretación de la realidad y para nuestra toma de decisiones. Vamos a llamar a todo esto modelo mental estándar.
Si tu modelo mental estándar es positivo, sueles interpretar la realidad de forma más optimista, ligera, generosa. Si tu modelo mental estándar es negativo, lo más probable es que interpretes esa misma realidad de forma pesimista, pesada, escasa.
Entender esta diferencia es fundamental. Los hechos son los mismos. Lo que cambia es la forma en la que interpretas los hechos y actúas sobre ellos. Esto se determina por el predominio, o no, de los pensamientos negativos en tu cabeza.
Algunos pensamientos sencillamente aparecen en la cabeza y luego se van sin causar ningún impacto o influencia en nuestras decisiones.
Por otro lado, hay ciertos tipos de pensamientos recurrentes que acaban influyéndonos directa o indirectamente. Estos son los pensamientos que queremos observar con consciencia y sabiduría para comprender cómo influyen en nuestras decisiones, sentimientos y comportamientos.
Además de aumentar nuestro nivel de consciencia, también queremos conseguir agilidad cognitiva. Queremos tener claro qué tipo de mentalidad estamos usando en un determinado contexto y hacer todos los cambios necesarios.
Por ejemplo, vamos a imaginar que esté en una situación de peligro. En este caso, es importante activar mi lado de precaución y estar atento a señales que pueden requerir que salga corriendo o tenga que luchar para defenderme.
En una situación de peligro, la preocupación no es un pensamiento negativo perjudicial. En este caso, pensar negativamente es incluso una precaución necesaria.

Ahora vamos a imaginarnos que esté preparándome para hacer una presentación delante de mis personal en la empresa.
En esta situación, la preocupación de huir o luchar no es la forma más adecuada de pensar. Aquí, ese pensamiento negativo es perjudicial. El pensamiento negativo me pone nervioso, tenso y preocupado. Soy incapaz de activar una mentalidad de espontaneidad, entusiasmo y conexión necesario para una buena presentación profesional.
Es decir, tener pensamientos negativos no es necesariamente malo. Dependiendo de la situación, los pensamientos negativos pueden incluso ayudarnos.
Lo que necesitamos es ser conscientes para saber cambiar nuestra forma de pensar dependiendo de nuestros objetivos y del contexto. Queremos saber cuándo hacer un cambio subjetivo. Y observar siempre si nuestra forma de pensar estándar es una mentalidad optimista o pesimista.
Es perfectamente posible cambiar tu modelo mental estándar
Al principio de nuestra conversación, dije que había dos formas de cambiar tu mentalidad: el cambio objetivo y el cambio subjetivo.
El cambio objetivo es querer cambiar objetivamente todo a tu alrededor. Tu cuerpo, tu ropa, tu casa, tus relaciones, tus bienes materiales…
El cambio subjetivo es cambiar tu mentalidad, la forma en la que interpretas la realidad.
El principal consejo que quiero compartir contigo es que, muchas veces, la gente se esfuerza demasiado buscando cambios objetivos y acaban olvidándose del poder de los cambios subjetivos. No siempre necesitamos buscar cambios en nuestro alrededor, fuera de nosotros mismos. El cambio deseado puede ser sencillamente en la forma en la que pensamos.
La universidad de Stanford decidió investigar si realmente es posible cambiar nuestro modelo mental.
Después de una década analizando cómo piensan las personas, los investigadores concluyeron que existen básicamente dos tipos de mentalidad: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento.
Las personas con predominio de la mentalidad fija, creen que tienen rasgos de personalidad y habilidades que no pueden ser modificadas. No creen que puedan cambiar. Creen que están atrapadas en el nivel de inteligencia o habilidad con el que nacieron.
Sin embargo, las personas con predominio de la mentalidad de crecimiento creen que prácticamente cualquier cosa sobre ellas mismas puede ser cambiada a través del estudio, esfuerzo y práctica constante. Creen que pueden cambiar la forma de pensar y tener así menos pensamientos negativos.
Lo que aprendemos con esto es que es perfectamente posible cambiar nuestro modelo mental estándar. Es perfectamente posible mejorar constantemente.
El camino más fácil para cambiar tu vida a mejor es cambiándote a ti mismo. En vez de intentar cambiar todo lo que tienes a tu alrededor, intenta desarrollarte como persona. Intenta tener una mentalidad optimista, curiosa, siempre en busca de aprendizaje y mejora contínua.
Este también es un camino que requiere esfuerzo, disciplina y perseverancia. Pero es un camino más fácil que querer cambiar todo lo que tienes a tu alrededor porque aquí sólo necesitas cambiar una única cosa: a ti mismo.

Cuando se trata de desarrollo personal, el verdadero aprendizaje se hace a través de la transformación. Si no te transformas, no ha habido aprendizaje. Sólo ha habido una memorización o entendimiento conceptual, pero no un verdadero aprendizaje.
Nuestra mentalidad se forma a través de la narrativa que adoptamos a los hechos y experiencias que vivimos. Los hechos, eventos y experiencias en sí no tienen un significado objetivo y universal. Cada uno de nosotros interpreta los hechos y acontecimientos de forma diferente a través de nuestra narrativa.
Por lo tanto, conseguir comprender tu propia narrativa es el paso clave que hay que adoptar para mejorar tu mentalidad. Tener pensamientos negativos no es necesariamente perjudicial. Lo que es perjudicial es estar dominado por esos pensamientos negativos que te atan a la mentalidad fija.
La combinación de pensamientos negativos y mentalidad fija puede hacer que te sea difícil hacer cambios subjetivos importantes. Para una vida mejor, podemos sustituir los pensamientos negativos por una mentalidad de crecimiento y cambios subjetivos.
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