¡Hola! Seiiti Arata. Cuando las cosas se salen de control, necesitamos desarrollar fuerza y autocontrol de alguna manera. No estoy defendiendo que se repriman las emociones (En el vídeo anterior “Cómo controlar tu preocupación” recordarás que el estado de negación lleva a la ansiedad.)
En vez de reprimir las emociones, las transformaremos a través de un juicio claro y de calma interior. Este video trata sobre cómo podemos utilizar la lógica y la concentración para alcanzar un mejor estado de tranquilidad. Cuando termines este video te sentirás mejor equipado para manejar tu incertidumbre, problemas y el estrés, más allá de las adversidades de la vida.
Aquí está la idea clave que te pido escribas: ¿Estás listo? Aquí va:
Las personas no están afectadas por las cosas, sino por su interpretación de las cosas.

Repito: Las personas no están afectadas por las cosas, sino por su interpretación de las cosas.
En otras palabras, no son los eventos exteriores los que nos hacen sentirnos como nos sentimos. No importa lo que los demás digan cómo se siente el clima o el auto que manejamos. Ninguna de estas cosas importan cuando las comparamos con algo mucho más poderoso: nuestra interpretación de las cosas. En definitiva, lo que altera nuestra paz interior y nuestra estabilidad es la historia que nos contamos a nosotros mismos en nuestras mentes.
Por ejemplo, no es el tráfico aglomerado lo que es estresante, o el colega de la oficina que es estresante. Son nuestros pensamientos acerca de estas circunstancias los que nos causan estrés. En esencia, no siempre podemos controlar lo que nos sucede en la vida, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos a ello.
Quizás no estaréis de acuerdo con esta idea, pero quédense conmigo. Notemos nuestra tendencia a culpar o enfatizar los eventos externos de las vidas de otras personas. La economía no está bien. Los políticos son deshonestos. El jefe es injusto. Pero la verdadera fuente de estrés es cómo interpretamos estas situaciones.
Pero, ¿qué tal si pudiera cambiar mi trabajo, o buscar maneras para evitar el tráfico, o no tener que lidiar con ese jefe que me grita? ¿Controlar o cambiar mis circunstancias constantemente es la respuesta para tener paz y estabilidad en mi alma? ¿O simplemente estoy huyendo de la realidad y buscando una solución a corto plazo que lo único a lo que contribuye es a desarrollar una resistencia a largo plazo?

Por ejemplo, cuando era un chiquillo me estaba permitido correr alrededor de la manzana con mis amigos y llegaba muy sucio, o a veces dejaba caer una galleta al piso y luego me lo comía cuando nadie estuviese mirando. Pero los niños de hoy viven en un mundo de gérmenes figurativo y literal, dentro de paredes protectoras que contribuyen a reducir sus capacidades de pensamiento crítico y la habilidad de manejar los retos y adversidades que traen la vida. De hecho, de muchas maneras, mientras más nos cuidamos (y a nuestros hijos) más vulnerables nos volvemos a las muchas circunstancias de nuestras vidas que están fuera de nuestro control.
Cuando estamos expuestos a infortunios, los podemos utilizar como oportunidades para fortalecernos. Aquellos que nunca han pasado por malas experiencias carecen de la oportunidad de fortalecerse. La capacidad de adaptación es crucial, y esta viene de estar expuestos a la adversidad y desarrollar las habilidades necesarias para superarla.
En adición, cuando dejamos de correr de los retos de la vida, podemos apreciar realmente los tiempos de paz. De este modo aprender a adaptarnos y superar las adversidades en nuestras vidas nos provee las herramientas para ser agradecidos por lo que tenemos, y de esta forma, experimentar un gozo que trasciende las circunstancias de nuestras vidas.
La próxima vez que corras hacia un obstáculo y sientas resistencia, no te enfoques tanto en lo que te rodea. Al contrario, mira tu interior.
Podemos cambiar las cosas que podemos controlar, pero debemos reconocer y aceptar las cosas que no podemos cambiar. Debemos dar lo mejor de nosotros para poder solucionar nuestros problemas, pero también debemos estar preparados en caso de que los resultados deseados no se concreten. Debemos estar comprometidos y optimistas, pero preparados para cualquier cosa.
Y sobre todo, no debemos tener miedo ni preocuparnos demasiado por las cosas que no importan ya que esto drena mucha energía emocional y claridad mental que podríamos utilizar para solucionar nuestros problemas y ser capaces de discernir lo que se puede resolver y lo que no.